20 de agosto de 2014

Tiempos Fuertes


"La única manera de vivificar las cosas de Dios es vivificando el corazón. 
Cuando el corazón se puebla de Dios, los hechos de la vida se llenan del encanto de Dios. Y el corazón se vivifica en los Tiempos Fuertes. Así hicieron los profetas, los santos, y, sobre todo, Cristo.

Tiempo Fuerte significa reservar, para estar con el Señor, unos fragmentos de tiempo en el programa de las actividades, por ejemplo treinta minutos diarios; unas cuantas horas cada quince días, etc. 
Tiempos fuertes no sólo para orar sino también para recuperar el equilibrio emocional, la unidad interior, la serenidad y la paz; porque, de otra manera las gentes acaban por desintegrarse en la locura de la vida.

Si te quejas diciendo que falta tiempo, te diré que el tiempo es cuestión de preferencias; y las preferencias dependen de las prioridades. Se tiene tiempo para lo que se quiere. 
Los que quieran tomar en serio la vida con Dios, necesitan integrar Tiempos Fuertes con Él en la organización de sus actividades..."
                                                                                                              "Encuentro", Ignacio Larrañaga.